martes, 15 de septiembre de 2009

Tanto poder para nada

Cuando nos dieron la educación, sin quererlo, nos dieron las armas para la revuelta.
Pero aquí estamos nosotros, asumidos, diseñando sus anuncios, educando a sus hijos, haciéndoles películas, tocando para ellos, incluso vendiendo sus seguros.
A veces, viajamos fuera de casa. Pero no es para conocer otros lugares, es para no ver lo que no hemos hecho en nuestro país.
Seguimos yendo de risas al centro comercial. No hemos aprendido nada.
Muy pocas veces trasnochamos, los botes de colores ahora se secan, ya no declamamos subidos a las mesas de las terrazas de verano.
Deberíamos estar derribando a pedradas las antenas de televisión.
Deberíamos estar tomando las calles, una por una, en una guerra civil cultural, dejando todas las puertas abiertas a nuestro paso y todas las calles manchadas.
Deberíamos escribir nuestro futuro, decantar la balanza.

No se preocupe, si se da el motín popular, el consorcio pagará los daños.

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