sábado, 13 de enero de 2018

El valle de los comerciales

En la empresa en la que trabajo hemos estado viendo que los comerciales sufrían al no poder ser ellos mismos. Los pobres se tienen que comportar como el resto de la sociedad. Y eso le coarta. Muchos de ellos se estaban quedando calvos y mostraban comportamientos autolesivos. Teníamos que hacer algo al respecto.
Pedí audiencia a mis amigos del barrio. Pascual llegó borracho y se fue a dormir la mona a casa. El archiduque, simplemente, no apareció. Pero vinieron los que necesitaba para aquellas consultas. El buen arquitecto y malvado psicólogo acudieron a mi llamada de auxilio. Juntos decidimos que iban a venir al trabajo al día siguiente, a tomar muestras de ADN, pulsar el ambiente, y llevar a cabo un plan de acción.
Perplejo ante sus propuestas, tuve que hablar con los más altos estamentos, solicitar presupuestos adicionales, pelearme con unos y con otros. La salud de mis compañeros, y de la empresa, estaba en peligro.
Por supuesto, en cuanto han comenzado las obras, he notado como el arquitecto desaparecía de mi vida. Que qué va a saber él de eso. Que cómo me va a poder ayudar, etc.
Así, después de mucho sufrir con la reforma, y de los consabidos retrasos y extorsiones por parte de los constructores, hoy damos por concluidas las nuevas instalaciones. Hemos, por fin, podido inaugurar en la planta de arriba, separada del comedor por razones de higiene, la porquera para los comerciales... Y ha sido todo un éxito.
¡Qué felices y contentos se les ve ahora en su piscina de barro! Todo son ventajas. Ellos hacen lo que mejor se les da, se expanden y relacionan entre sí como a ellos les gusta, y además sin molestar a los demás. Por otra parte, han superado con creces un leve temor que yo tenía antes de las obras. Yo pensaba que, si se desahogaban en su zona de esparcimientos, luego volverían al trabajo relajados, y sin ganas de cazar. Todo lo contrario. Vuelven a sus puestos concentrados, metidos, con ganas de sangre.
Ya he pasado el proyecto a todas las otras delegaciones, a la subcentral y a la subsede principal armónica. Que cunda el ejemplo.