jueves, 29 de noviembre de 2012

El retorno del medio Archiduque

El Archiduque ya no está gordo. Y yo creo que nunca más lo vamos a ver poniendo su tripa de frente para pasar entre las mesas. El otro día estábamos de quintos en el bar, hablando sobre la Revolución Industrial, todos los amigos. Pascual atendía a la televisión. El Arquitecto se levantó a por otra ronda y yo contradecía todos los argumentos de Niko. Una tarde normal, como tantas otras. Si no fuera porque el Archiduque no bregaba, no insultaba, no se tapaba los oídos cuando alguien decía algo en contra de la nobleza, no nos miraba por encima del hombro. Y nosotros aprovechábamos la circunstancia para explayarnos lo más posible.
De repente, el archiduque salió de su trance y se puso a llorar. Le preguntamos qué le pasaba, le abrazamos, le dimos muestras de apoyo incondicional. Incluso pedimos un biberón para meterle la cerveza. Pero no supimos cuál era su problema. 
Harto, se deshizo de nosotros a puñetazos y se fue, sollozante. Desapareció durante un mes.
Y hoy ha vuelto al bar. Nadie le había visto durante este tiempo. Y ahí está, delgado, consumido. Ya no parece un archiduque. 
Dicen que quemó las grasas llorando. Que con sus lágrimas regó los campos. Que plantó lechugas. Que ahora solo come lechugas propias. Yo, no me lo creo.
Su apariencia ha cambiado, pero no su fondo. Ni tras un mes de ausencia le hemos arrancado una invitación.

viernes, 23 de noviembre de 2012

Sobrevivir

Ya sólo nos queda sobrevivir.

Desde que se dieron cuenta
de que éramos sus esclavos,
apenas se acuerdan de nutrirnos.

Ya no tenemos colores
para expresar la vergüenza,
los que la conocen.
Desde su azotea,
el director nos grita consignas
que debemos seguir

Sobrevivir,
contra viento y marea,
contra las órdenes de los rectos,
apostando siempre al caballo perdedor.

Sobrevivir,
en este mar de sargazos
que te acompañan hasta casa
y se meten en tus pesadillas.

Sobrevivir, alienados,
rodeados de ondas wifi,
de dientes azules del averno,
sin una libreta en la que dibujar.

El objetivo:
Viviremos sobre los demás, si podemos.
Y el que no, notará el peso sobre sus hombros
durante la estampida final.
Los miles de tacones sobre el bazo,
la cartera de inversión,
los helados, el papel de regalo.


lunes, 22 de octubre de 2012

La tarde

Todo a punto
para el tercer cuarto.
Las series más aclamadas
escupen refritos de tercera.
Los parques se llenarán de niños
que imprimarán el suelo con mierda.
El supermercado se autorrepone.
El lavavajillas ruge por Wagner.
¿Qué va a hacer,
si no le hemos enseñado otra?

sábado, 6 de octubre de 2012

Niko

Cuando bajo a por el periódico Nikolai, Niko para los amigos, ya está sentado en la terraza de la horchatería. Siempre con su perro y su café, a veces con unos amigos, otras con socios. Él es, a su manera, como el padrino de un grupo de gente del barrio. Les dice como tratar con sus perros, cura las heridas de los niños que juegan al fútbol, invita a café a las jóvenes que le gustan a sus amigos, etc.
Todos los fines de semana monta guardia en la terraza. Escucha las historias de su cuñada y saca conclusiones. Fuma siempre con pasión, con ganas. Su posición sentado es muy erguida, dominante. Aunque no es más alto que los demás, cuando está sentado al lado de su hermano, parece que le saque dos cabezas.
Cuando concluye el turno de ruegos y preguntas, siempre se va con un socio a desguazar un coche en el callejón de detrás de mi casa. Yo, a veces, paseo con mi coche delante de la horchatería, para que se acuerden de que es mío y así no lo toquen.
No se lleva muy bien con el archiduque, choque de egos tal vez, pero tampoco con Pascual. A veces resulta difícil emborracharse bien en el bar cuando están los tres.

jueves, 4 de octubre de 2012

Destronando a Gilgamesh

No importa si es de carácter religioso,
moral, corporativo, o familiar.
Lo vuestro es una endogamia funcional.
Ahí os veo, sentados en vuestros sillones altos,
esperando reíros del primero que opte,
como pidiendo limosna,
a vender su tiempo y su alma
a vuestra secta.
Si no estuviera todo el pescado vendido.
Si el único filtro no fuera
el número de amistades.
Si contara, aunque fuera un poco,
la valía personal.
Si os soltaran a la realidad una semana...

Por contra:
Si yo, por fin, os dijera
lo que realmente siento al veros...

sábado, 15 de septiembre de 2012

Bohemia de lata


Tuve que fingir y fingir.
El primer problema era el sol de mi ciudad
siempre brillando, siempre ahí, con nosotros.
Iluminándolo todo, no dando lugar a las nubes
ni a la lluvia ni a los elementos.
¡Así no se puede buscar la melancolía
romántica de los norteños!

El otro problema era que no me encontraba
que no era mi lugar, ni mi medio.
Se me daba mal trasnochar,
no atinaba con los taxis 
y luego no encontraba las palabras.
No podía pasar el día quejándome.
Yo quería ser un poeta maldito,
pero la decadencia me daba risa.

martes, 11 de septiembre de 2012

Tango Postnuclear

Todavía andás de forma rara
con ese extraño vaivén.
De setiembre no te veo,
parese que fue ayer.
Engañador de baldosas
el tiempo no te cambió.
Tu perro me sigue ladrando
cuando me aserco a vos.

Con tu ADN careado
y a punto de caducar.
Te arrastrás por las calles
nadie te enseñó a andar.

Barrio de mutantes,
por fin te vuelvo a pasear.
Barrio de mutantes,
que me da de trabajar.
Y cuando llego a su frontera
el mutantito, shorando,
me dise ¿dónde vas?
(bis)




Con tu ADN corrupto,
fruto de una explosión,
vos te arrastrás por las calles,
en busca de absolución.
Mutantito, mutantito,
quedáte pobresito
tranquilito en tu cubil.

sábado, 18 de agosto de 2012

El currículo de sekspir

Ahí los tenéis,
pidiendo compulsas, certificados
y toda clase de mierdas en papel
sin mirar a los ojos a la persona que tienen delante.
Protegidos de la verdad
por su archivador y sus juegos de rol,
decidiendo.
¡Cómo os odio!
¡Cómo odio vuestras sucias obsesiones legales!
Vuestra capacidad de búsqueda de la letra pequeña,
del error que dará con
vuestro silencio administrativo
validado por vuestra tenue sensación de seguridad.
Burrócratas de medio pelo...
¿Quién puso ahí semejantes idiotas?
¡Aaaaaaah!
¡Oooooooh!
¡Cómo deseo ver vuestras absurdas caras
cuando vengáis a llamarme!
Y yo, desde lo alto de la pila de certificados
os lance bolas de mierda caliente
y cacahuetes.

martes, 31 de julio de 2012

Conduciendo al archiduque

Puesto que el archiduque no sabe conducir, porque siempre le llevaba el chófer de aquí para allá, nos ha pedido que le demos un par de clases prácticas.
No nos ha especificado qué razón le lleva a actividades tan poco aristocráticas, pero hemos cogido y nos hemos lanzado a la carretera en el coche de Pascual. El archiduque, de copiloto, pregunta obviedades. En los asientos de atrás,  el arquitecto y yo bebemos unas cervezas mientras me cuenta que siempre ha sentido que el archiduque y él vivían compitiendo, que la gente no les distingue y buscan desmarcarse el uno del otro lo máximo posible. Yo brindo con él todas las veces que quiere, pero le hago notar que el psicólogo es otro personaje, y que no nos confunda.
Como es un miércoles, nos metemos en un parking de centro comercial a enseñar a conducir al archiduque. Se muestra muy emocionado, y nos promete una invitación a comer en un sitio que él sabe.
Empiezan sin mí, puesto que tengo que ir al baño. Cuando vuelvo, todavía están ajustando los retrovisores. Finalmente, se arma de valor y comienza a desfilar a ritmo elefantoide.
El motor casi no aguanta sin calarse durante los primeros metros. Le gritamos que pise más fuerte. Un agente de seguridad se acerca a vernos y le da consejos. En la primera curva, las ruedas chirrían y el archiduque frena y sale corriendo del auto.

viernes, 29 de junio de 2012

Como en el día después

El aparato de las aspas marca los latidos,
así como cada gota de sudor que cae al suelo,
cada hora,
cada gruñido de la mecedora,
cada mosca
y cada posible acción o idea fabulosa,
prematuramente muerta de calor cenizo.
Hoy es un día tropical y radioactivo
que se pierde entre la larga lista de muchos otros
que no recordaríamos si no fuera
por ese cielo del fin del mundo.
Las ventanas permanecerán selladas
hasta que pase de largo la plaga.
La luz cobriza, opaca, tarde o temprano desaparecerá
dejando paso a una noche pegajosa,
sin estrellas,
sin vida ni glamour.
No saldremos a la calle, no vaya a ser que...

martes, 8 de mayo de 2012

La araña y el hormiguero



Ilustración perteneciente al libro "12 fábulas contra el nuevo orden mundial" de Carlos Álvarez.

El suplente del suplente

Desde el fondo del banquillo
se ven mucho mejor los fallos del entrenador.
Hoy no cobraré las primas.
Ni mañana.
Ni pasado.
Pese haberme roto las telarañas
cada vez que me habéis necesitado.
Pese a haber jugado en la posición que se me ha dicho.
Haciendo el trabajo sucio, y el limpio, y el regular.
Marqué gratis los mejores goles de este club.
Los aficionados compraban camisetas sin número.
Sin nombre.
Hasta que se me substituyó por un ignorante,
un granuja de medio pelo.
Hoy, ni me quitaré en chándal.
Desde el fondo del banquillo
veo al equipo descender,
a los aficionados arengarnos.
Desde el fondo del banquillo,
como pipas.
Y llamo a mi representante.

miércoles, 4 de abril de 2012

Poema frustrado


Dbería
talvezsiyo
no,no sé
que si fuera
entre módulos
de agonía
de dolor
de conejos
aunque tuviera
ni caso
entre tantas opciones

Lo dejo.

lunes, 23 de enero de 2012

miércoles, 18 de enero de 2012

Ángel y Demonio

Tú eres blanco, yo rojo.
Yo soy de báculos, tú de cirios.
Tú eres el vino tinto de consagración,
yo el blanco de aperitivo.
No sé qué nos une, de verdad...

miércoles, 11 de enero de 2012

El adiós a un buen amigo

Hoy, a las 17:21, me he despedido de mi gripe. Lo hemos pasado bien juntos, pero la cosa tenía que acabarse. Ha sido mirando la hora, mientras me lavaba los dientes. Le he dicho que se marche, y lo ha hecho, enfadada, prometiendo que le echaré de menos, jurando cosas feas sobre mi familia y allegados.
He puesto la ropa con la que iba vestido en una bolsa, puesto que ya olía a mendigo. Me he dado una ducha caliente, como volviendo a la placenta de la surgí, larga y sin prisas. Y, por último, he subido a la azotea con la bolsa de ropa y sábanas infectadas para quemarlas en un bidón que tenemos allí arriba.
Para mi pesar, me ha visto la mujer de Pascual, y me ha empezado a decir que hacer cosas en la azotea es peligroso, con este viento. Yo le he hecho caso omiso.
Cuando estaba prendiendo las primeras yescas, ha aparecido el propio Pascual con el archiduque y una caja de cervezas, para celebrar mi soledad.
Hemos hecho la fogata, nos hemos bebido las cervezas, nos hemos reído recordando tonterías del arquitecto y del psicólogo. También hemos llorado por lo que nunca conseguimos, y nos hemos abrazado. Y nos hemos dado golpes en los pechos, exaltando nuestra amistad, y nos hemos dado golpes, peleándonos por cosas que ya no recordamos pero que nos hacían mucho daño. Y nos hemos quedado dormidos al relente...