Nuevamente,
hemos estado a punto de derrocar a los archiduques,
esos que tanto odiamos,
esos que tanto permitimos.
Cómo me hubiera gustado
asestarles, por fin, el golpe definitivo.
En su misma casa,
con sus mujeres,
con sus hijos,
con sus tarjetas de crédito.
Y por ahí van, los malditos,
campando a sus anchas.
Por tierra, mar o aire.
Cómo me hubiera gustado tener los arrestos ésta noche.
cerrar el puño.
Dar el golpe definitivo.
Malditos archiduques del demonio.
martes, 15 de septiembre de 2009
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Ya vale de leer sin decir nada. Manifiéstate.