miércoles, 31 de octubre de 2018

Rutina diaria



Soñamos con meter a los futbolistas en el horno
a ver si se cuecen las ideas de sus seguidores,
con aprender a delinquir de oído.
Soñamos con el viaje soñado,
con las colas para facturación de alegrías.
Despertarse por la mañana, e invertir.

Todas las mañanas, lanzamos al aire suspiros.
Todas las tardes, los recogemos del suelo.
Caídos, devaluados, pisoteados
por los caballos de las carrozas de nuestros amos.

Cuando cae la noche,
los políticos fingen normalidad, y tiemblan.
Algunos se orinan en sus sábanas.
Otros se quejan de escorbuto o gota,
sufriendo orgasmos pensando en el concepto de poder.

Vuelve la luz del día.
La luz que custodia la puerta del garage, parpadea.
Un coche va a salir.

jueves, 25 de octubre de 2018

retropoema oral

Este es un poema para declamar,
para, con voz alta y grave, casi afectada,
decirlo a los cuatro vientos.

Para que no se quede en el tintero
ni en la hoja, ni en la retina.
Recítalo con música:
No lo leas para tí, no. No lo susurres, no.

Este poema nació para la oralidad.
Es sonoro, duro, concreto.
Este poema tiene las cosas claras.
Su consistencia, su deseo de
convertirse en onda sonora
debe ser respetado.
No te lo quedes, no. No lo coartes, no.

Este es un poema oral,
que transciende de la simple lectura.
Désele, pues, al poema
su solución más lógica.
Libérese de las ataduras del papel
y compártase con los que puedan oírlo.
Emítase.
De viva voz.