A veces, incluso echándole los mismos ingredientes,
la poesía tiene un sabor distinto a la de ayer.
A veces nos sale una poesía más agria,
en ocasiones más dulce.
No es extraño que, habiendo sólo escrito,
encontremos una poesía irónica, sarcástica.
¿Es, acaso la poesía un ente por encima del autor?
¿Hará siempre lo que le dé la gana?
¿Y si probamos con un puñado de desesperación?
¿Y si añadimos unas gotitas de alegría?
Aun así, es un misterio.
Lo dejo por hoy.
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Ya vale de leer sin decir nada. Manifiéstate.