domingo, 27 de junio de 2010

El preconcierto

Acto I.
(De repente, entre el silencio,el señor del mocho en el casco comienza a arengarnos.)
   Soldado Uno: ¿A qué viene todo esto? Por mucho que nos cuente sus anteriores batallas, esta noche podríamos caer todos aquí
   Soldado Dos: Sólo soy un número. Un constructo.
   Soldado Uno: ¡Mira! El cielo se está llenando de aves rapaces carroñeras.

Acto II.
(El señor del casco curioso sigue con sus declamaciones, comienza a lllover)
   Soldado Uno: Teníamos que habérnoslo pensado todo esto antes.
   Soldado Dos: Ráscame un poco más arriba, por favor.

Acto III.
(La lluvia arrecia. El público se ha ido. Se ha aplazado la batalla. Los señores de los cascos trabajados se encuentran calientes en una tienda de campaña de oficiales. El soldado Dos está muy enfermo de gripe asiática).
    Soldado Uno: OH! Siempre supe que no debimos embarcarnos en ésta aventura. ¿Qué puedo hacer por tí?
   Soldado Dos: En mi lecho de muerte te pido: Rehabilita mi casa, cuida de mis derechos consolidados, dale de comer a mi Hámster.

miércoles, 23 de junio de 2010

Posibilidad 258.01

A la espera del metro caigo en la cuenta.
Las máquinas expenden refrescos, chocolatillos y felicidad, pero no hay ninguna que surta de blocs de notas. Me siento desnudo, no me puedo expresar.
A cada metro que pasa se exhalta la amistad de los muchachos de enfrente.
A cada minuto, una gran creación muere sin ver la luz.
Por la tarde, todo ha cambiado.
Escribo poesías en un recién mangado bloc donde se apuntan las comandas. Intento regalárselas a la gente del vagón. Nadie las quiere. Las recito en voz alta.

"¡Y ete aquí que el calvo me deslumbra!..."

lunes, 14 de junio de 2010

Luego nadie tiene limpia su terraza

Vuelvo acalorado al portal, huyendo del terrible sol de junio y compruebo que algún imbécil se ha dejado la puerta abierta. Así que ya no hace efecto cueva y se siente el poniente tan fuerte como en el exterior. Atrás quedan los tiempos en los que todos los vecinos nos bajábamos al portal, a estar fresquitos. Y cuando el señor Francisco puso una bodeguilla... 
Inmune a semejantes nostalgias subo a casa eludiendo como puedo al vecino que  surge del ascensor y me pide amistad.
Nada más despojarme de los zapatos tengo una llamada. Una niña tiene un examen al día siguiente. Me llama su novio. Y me indica que estará presente durante la clase.
Teleprofe resuelve dudas logarítmicas, al novio le enseño a hacer haikus. Les dejo muy contentos con sus nuevas habilidades. Me pagan gustosos. Les gustaría poder pagarme más. Yo quiesiera pasarme la tarde leyendo. Él hace el pino puente en señal de gratitud, no me quejo. Yo les digo que se parecen mucho, que si van a seguir siendo novios deberían hacerse un chequeo genético. Les doy la mano, sonríen, les miro a los ojos.
Les ordeno que coman mucha fruta.