sábado, 13 de marzo de 2010

El imitador de Ángel Cristo

Cuando salgo de casa a comprar frutas me cruzo con el buzo que vuelve de correr. Va hecho una sopa. Compro los nutrientes y voy a por un Kebap. El kebapero me pregunta qué tal me va, por cumplir. Le contesto que bien. Me pregunta cuál es mi oficio. Le digo que maestro y me cuenta que en su Pakistán natal los maestros le pegaban con varas y cogió miedo a estudiar. Y que por eso está ahora aquí, poniéndome picante en el rollo.
Al día siguiente, vuelvo al Kebap, estoy a dieta.
Mientras pasa la máquina ésa tan graciosa por el rollo de cordero me pregunta si me va bien en el trabajo. Le digo que se hace lo que se puede. Me pregunta en quñe trabajo y le digo que soy bombero. Él me cuenta que en su Pakistán natal los bomberos le pegaban con varas, y que les cogió miedo. Yo le digo que gracias a eso, él hace ahora esos kebaps tan adictivos. 
Él sonríe y añora su casa.

2 comentarios:

  1. se te da bien el drama social, ferchi.

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  2. jajaj... me encanta el blog, todo un descubrimiento. Éste relato me hace especial gracia, no sólo risa, sino gracia de la buena, como en una tragicomedia. En fin.

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Ya vale de leer sin decir nada. Manifiéstate.