Hoy no es:
Quizá nos fuimos demasiado pronto
del sarao.
Pero cojo el ascensor
y me llevo a casa los recuerdos.
¿Cuántas veces he intentado
poner fin a tu razón?
Mascamos la respuesta demasiado, queridos.
Por el qué dirán,
por el bamboleo de sus tentáculos,
o por conservar los abonos.
Los enemigos, cuando les interesa,
son excelsos, puntuales.
A los amigos siempre los tengo que esperar.
Quizá más tarde:
La habichuela esté completamente cocida.
¿Has traído la botella de vino?
Yo sí traje la espada.
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Ya vale de leer sin decir nada. Manifiéstate.