miércoles, 18 de mayo de 2016

Al pan, pan. Y al cromo, cromo

¿No se oye el crepitar?
Hoy no han calentado la sartén,
luego no están fundiendo cromo.
Podemos salir a las terrazas
a reír, a charlar, a beber, a recordar.
¿Quién nos hubiera dicho entonces
cuando de niños, entre campos de alcachofas,
matábamos dragones?
Todo ese cromo evaporado
entrando en nuestras vias respiratorias
y protegiéndonos de alergias.
Creándonos exoesqueletos protectores
del miedo a despertar.
Huíamos de los deberes
comiendo nuestros bocadillos
más buenos que el pan.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Ya vale de leer sin decir nada. Manifiéstate.