martes, 12 de enero de 2016

Como pingüinos en coches de choque

En sus zapatos brillan sus caras tristes.
Sus caras reflejan sus vidas.
Sus vidas son grises, como sus ojos.
Sus ojos  nunca miran a los tuyos.
Tus ojos miran sus caras tristes,
donde brilla la luz de sus zapatos.

Se debaten entre el nuevo limbo que es sus vidas
y la programación mainstream que verán esta noche.
Y juzgan, vaya si juzgan a la gente.
Por su peinado
y por sus zapatos.

En sus zapatos brilla su mundo
deembustes diarios.
Temen al silencio,
no sea que oigan sus voces internas
pidiendo socorro.
Temen estar solos,
no sea que llegue el silencio
y vuelva la dichosa voz ahogada hace tanto.
Para poder ascender
sin saber hacia dónde.

Mientras, el lustre de sus zapatos
es mucho más brillante
que el de sus miradas,
que el de sus sonrisas.

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