martes, 16 de abril de 2013

El sábado de la marmota

Todos los sábados, cuando voy a impartir las clases de cómo conquistar el mundo a la Asociación de Eternas Promesas,  los veo en la rotonda. Siempre están Ramona y Pedro haciendo papeles. Algún sábado que salgo antes he llegado a ver la colisión. Ese día paré, pero estaban perfectamente.
Entonces aparece Niko, que siempre se pasa por allí para hacer un apaño a los coches. Al conseguir que arranquen, se marchan y le dejan solo en la cuneta con un pequeño estipendio.
Les tenemos dicho que salgan a distintas horas, o que se casen. Pero que no pueden seguir colisionando en nuestra rotonda, que es del barrio. Ellos salen de casa con el parte amistoso relleno, a falta de marcar en el croquis el lugar del alcance.
Ayer los reunimos de nuevo en el bar de la esquina para tratar de arreglarlo. Fingían no conocerse. Les explicamos lo seria que nos parecía su actitud. Y que si querían seguir con su costumbre, podían irse buscando otra rotonda. Sus respuestas eran vagas e inconcluyentes. Se bebieron nuestras cervezas y se fueron a sus casas. 
El archiduque no los puede ni ver. Le parecen, después de Pascual, la peor calaña con la que se pudiera topar. Eso dice mucho en favor de los chavales. Pero el tema de los accidentes nos va a dar un disgusto un día de estos...

1 comentario:

Ya vale de leer sin decir nada. Manifiéstate.