miércoles, 10 de abril de 2013

Oda a una sociedad decididamente enferma

Desde la última vez que te vi
he tenido la tele y el ruter apagados
para no ver noticias tuyas
ni de fútbol.

Dicen que tus pies se convirtieron en muñones,
que llevas un tiempo sin maquillarte
porque te reservas para el día de la boda.

Dicen que probaste el sexo extremo
para luego hacérnoslo a nosotros.

Dicen que nos robas con guante blanco
porque te da miedo mancharte las manos,
que la avaricia agrandó tu saco,
y luego tu panza, tu chalé, tu barco.

Ahora te llevamos flores a la UVI,
donde yaces entubada
esperando en momento de vengarte
de tu misma sombra.

Decidida, como estás desde siempre,
a hacernos elegir
entre el supuesto bien
y el supuesto mal.
¡Cuánta tontería!
¡Tanta tribu y tanto anuncio!
¡Qué tranquilos estaríamos
si callaras un rato
y nos dejaras hacer a nosotros!

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Ya vale de leer sin decir nada. Manifiéstate.