lunes, 31 de enero de 2011

Salve a los campeones!!!

El día del desfile
éramos dioses.
BRAVO!
Nos llevaban en volandas
por las avenidas
hacia la foto oficial.
Teníamos el pelo lleno de confeti,
el orgullo henchido
y las venas saturadas de alcohol.
Nuestras familias se daban codazos
en la primera fila.
Los hoplitas nos abrían paso entre la multitud.
Todos estaban muy orgullosos de nosotros
y de nuestros diplomas.

Toda esa gente
estaba allí por nosotros,
para vernos,
para pisar el suelo que besábamos.
Todos se habían ausentado del trabajo
para hacernos la ola.
Para ellos
éramos tuertos,
figuras relevantes en un entorno gris,
en una tarde gris,
en una fachada gris.
Se hizo el silencio...
Cogí el micrófono
y me puse a llorar.

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