martes, 30 de junio de 2015

La reforma del 6º

El portal anda bien ajetreado últimamente. Montones de ladrillos y maderas esperan pacientes y apilados su turno para subir al sexto piso.
El vecino policía por fin se ha metido en reformas para construir una sala de tortura como Dios manda. Y ese evento, por supuesto, no va a quedar impune en la comunidad.
Ya el primer día, el vecino de la puerta uno, nos advierte que no han puesto ningún cartón en el suelo del ascensor. Y que lo están haciendo mal desde el principio. No sabe cómo va a acabar esto. Yo le contesto que tan solo estoy haciendo fotos de gente sudada trabajando, y del proceso creativo. Pascual dice que está curioseando. El arquitecto calla y mira para otra parte. Acaba de abrirse una lata de cerveza agitada y ésta lanza burbujitas al tiempo que chista ruidosamente al vecino ladrador.
Pronto empiezan las percusiones. Los martillos rompen y tiran estructuras que no sirven para el proyecto posterior. El kioskero DJ nos ha instalado unos micros y unos altavoces en la terraza. Todo el barrio se ve involucrado en los golpeteos y serrajes.
Al final del segundo día, el vecino de la puerta uno, nos advierte que, al marcharse, no se han llevado  el cartón que han acabado poniendo ante sus quejas. Y que todo es una guarrada y un desastre. Yo finjo una llamada telefónica del trabajo y salgo fuera del portal, en busca de cobertura. Todos asienten y me bendicen mientras cruzo la calle hacia el bar.
El tercer día comienzan todavía más pronto. El DJ ha estado jugando con el revert del equipo de música y el sonido resultante es todavía más aterrador. Los perros del segundo piso y el de Pascual tienen ganas de suicidarse. La anciana del séptimo sale de casa, para un taxi, y no vuelve a ser vista en lo que resta de año.
Tras la destrucción, llega la construcción. Tabiques, yesos y esas cosas que pueden durar meses. Ahorraré esta parte que es la más conocida por todos los que hayan sido vecinos alguna vez.
Están descargando el material que sirve de aislante sónico para la habitación, la silicona para pegarlo y unas tachuelas de pega que quedan muy bien en este tipo de habitaciones. Como no saben de qué manera aplicar la silicona, le piden consejo a Niko, que se encuentra en la cafetería. Pascual se pone a jugar con la silicona mientras les explica a los paleta hasta que el propio Niko le da un sonoro capón.
Y, por fin, la parte más glamurosa. La del diseño de interiores. Es cuando los mirones entran a dar su opinión. Que si esa columna con argollas enmedio, no. Que si de esta otra manera se aprovecha mejor el espacio. Que si el panel con los utensilios quedaría mejor en esa pared, enfrente de la camilla... Todo opiniones infundadas de gente que no ha torturado en su puta vida, dicen el arquitecto y el dueño de la habitación.


1 comentario:

Ya vale de leer sin decir nada. Manifiéstate.