viernes, 6 de septiembre de 2013

¡Por casi!

Bajar de la parra.
Ajustar el ala del sombrero
al ratio homologado.
Sonrisa.
Llevar la pica a Flandes
y dejarla allí.
Sin competir con nadie.
Asomarse al despeñadero
y contemplar.
Respirar,
sentir el viento acariciando
las mejillas bañadas en afterseif.
La comida es recalentada.
Dios, si existiera,
estaría jugando con nosotros.

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