lunes, 2 de mayo de 2011

Prometí al más grande caer
en el campo de batalla
espada en mano.

Durante décadas he luchado
por conseguir este propósito
sin más beneficio
que aparecer en un montón
de listas negras.

A suficientas gestas he acudido,
en gran número de celebraciones
he levantado mi jarra.
Donde cayeron tiranos
se alzaron otros nuevos.

Prometí al más grande
jamás desfallecer.
Duermo abrazado
a mi martillo de peluche.

Llamadme, si es caso,
o mandadme un mensaje,
si existen entuertos que arreglar,
oprimidos a los que socorrer,
o indefensos a los que deba enseñar
a alzarse contra sus vecinos,
que yo ya me paso.

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