martes, 31 de agosto de 2010

Septiembre

El estruendo se apodera de la calle. Una mezcla de Joselito con ritmos de rap y sirenas de antiaéreos. Le fallan los graves. Proviene del local del quiosquero-disckjockey. Me asomo a la persiana semisubida y saludo a su madre, sentada a los platos.
Me dice que no está, que se ha ido a por los números uno de todas las colecciones, o algo así. Señalando al equipo de música, le pregunto si ella también pincha. Baja el volumen y me dice que no, que se lo ha dejado su hijo puesto.
Me pregunta cuál es mi forma de pisar. Le contesto que no tengo ni idea. Insiste en que no hay nada peor que no saber si se es pronador o supinador. Los primeros son unos jipis que se dan a la mala vida. Los segundo sí son gente de bien, que van por la calle pisando fuerte. Le contesto que tengo una prisa relativa y que salude a su hijo de mi parte.

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