Y áun hoy, cuando vemos al chamán bailar,
totalmente enloquecido
en trance mediático,
ninguno de vosotros cuestiona
si se trata de un cantamañanas
con déficit de cariño,
un aprovechado hiperlocuaz
o tan solo un viejo loco.
Todos bailan con el chamán.
Todos le jalean y le veneran,
le piden consejo a pies juntillas,
le hacen palmas con las orejas.
Todos quieren que les toque,
que les bendiga con su hálito de las cavernas.
O, mejor, que les escupa o vomite encima.
Yo apenas recuerdo su idioma
ni creo en sus cuentos de brujas.
Y no alcanzo a comprender
que tenga una casa con piscina
en las afueras de la aldea.
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hálito
ResponderEliminarGRACIAS!!!
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