Espaciado, entre las aceras,
debatido entre la vida y la muerte,
pierdo poco a poco consciencia,
espacio y retorno.
Descubierto en tono gris,
hallazgo de almendras garrapiñadas,
ducho, escogido,
locuaz.
Extraigo cada una de mis ínfulas
y las expongo ante vosotros
para vuestro placer
sin más.
¡Cómo me gustaría pasar la noche
en tu viejo carrito de la compra!
Extracto de aromas de ultramar,
para no acudir nunca,
de cuerpo presente,
a sepelio ni almidón dulce.
Tres lineas más y me acuesto
a desbancaros de vuestra lúgubre
tumuluosa semivigilia.
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Ya vale de leer sin decir nada. Manifiéstate.