Nos hemos quitado las ventosas
del ombligo.
Hemos traducido al cristiano
toda esa cháchara.
Hemos cumplido con nuestra obligación.
Hemos celebrado largamente
las recientes victorias.
Y, ahora, sólo recordáis
que os fumáis encima.
Es el reto lo que nos gusta,
nunca ganar a gente sin futuro.
Tendréis que prestarme otro bolígrafo
porque el mío ha muerto.
Me gustaría tanto veros sudar...
Al fin, la claraboya.
Al asomarme, me deslumbro
y me acabo la última galleta.
Las escaleras han quedado abajo
arriba sólo hay gaviotas.
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Ya vale de leer sin decir nada. Manifiéstate.