Cada vez que muere un estornino
vuelve a nosotros octubre.
Ése octubre lineal, misterioso
con sus naves espaciales
y sus bonitos contratos públicos.
Ése octubre metafórico
de helechos con vótox.
Mierda, caídos por todas partes.
Devengos de otros tiempos,
frutas zamoranas,
siempre os miro con desprecio.
Todos vimos que nos daba zarpazos.
No, no lo creo. Son cuentos para niños.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Ya vale de leer sin decir nada. Manifiéstate.