Cada idea,
cada cuento,
cada trazo,
cada mierda,
es una herida en el papel,
y en vuestra comodidad,
que algunos creen innecesaria.
Cada dolor es una estrofa,
cada risa
y cada uno de los gruñidos del alma,
callos auriculares desgastados
en el yunque
de la creación.
¡Tened cuidado, perros,
no os vaya a salpicar una esquirla!
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Ya vale de leer sin decir nada. Manifiéstate.