miércoles, 29 de junio de 2011

Insomnio

La brisa marina
llena nuestra cama
de iguanas cojín.
 Las vueltas solo sirven
para tostarnos,
no para encontrar una
cómoda posición.
El delegado de naciones hundidas
viene a arengarnos,
a nuestro nido de amor,
a decir que es tarde,
que las ovejas se han ido a dormir.
La lavadora del vecino
despega por fin.
El tebeo antiguo enciende la luz
se reparten cereales en el salón.
Huele a salmonete.
Mañana, Dios dirá.

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